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Uno de los rasgos leoneses que mayor arraigo presenta, incluso en zonas muy castellanizadas desde antiguo, es el uso del sufijo -al para formar nombres de árboles frutales a partir del nombre del fruto: cerezal, avellanal o ablanal o, como en esta calle de Fornillos de Fermoselle (Zamora), manzanal. Aunque en la placa de la calle no queda constancia, es usual que estos nombres se combinen con el género femenino (la cerezal, la manzanal ... etc.)
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